
Temas tratados en el Capítulo 3
-
División interna automática e inconsciente.
-
Relación entre los cuerpos que nos conforman: mental, emocional, físico y energético.
-
Gestión consciente: la conciencia que observa todo.
¿Somos animales racionales o seres integrales?
“Una persona que no está en paz consigo misma, será una persona en guerra con el mundo”. Gandhi
¿Cuál es esa falta de paz interna, esa lucha interior que nos tiene divididos? Pienso una cosa, siento otra y al final no sé qué hacer. Otra forma de llamar a esa lucha interna es incoherencia. Pero no por el hecho de que no soy consecuente o no tenga voluntad, sino por el hecho de que no puedo serlo, debido a que:
pienso algo que no quiero pensar, siento algo que no quiero sentir y acabo haciendo algo que no me deja tranquilo.
¿Por qué? Porque tengo miedo de mí mismo, de mis pensamientos, de mis sentimientos y de la memoria de barbaridades que como humanidad hemos acumulado a lo largo de la historia.
Y, ¿qué hacemos? Control mental-racional. Controlo lo que pienso, lo que siento y lo que hago. Solo que, a menudo, el control salta por los aires, como la holla a presión que no tiene válvula de escape, y después nos horrorizamos por lo que los seres humanos somos capaces de hacer…
Por eso Gandhi, decía que “la felicidad es cuando lo que piensas, lo que dices y lo que haces está en armonía”.
¿Cómo lograr esa coherencia, esa armonía que nada tiene que ver con el control? A través de la Gestión consciente de todos los cuerpos que nos conforman.
Y, ¿cuáles son esos cuerpos? Como ya mencionamos, son cuatro:
- Cuerpo mental
- Cuerpo emocional
- Cuerpo físico
Y el gran olvidado de todos, debido a que no es material y hasta ahora no hemos podido verlo o medirlo:
- Cuerpo energético (en algunas tradiciones lo llaman también cuerpo espiritual).
Cuando nos abrimos a la posibilidad de que seamos algo más que mente y cuerpo, nos damos cuenta que existen también todo un cúmulo de emociones, pero nuestras creencias sobre ellas nos llevan a tenerles miedo, a querer controlarlas porque desconocemos mucho de ellas y nos provocan reacciones que no queremos tener.
Nuestra época actual es hija de Descartes: “Pienso luego existo”, y así nos hemos convertido en esos animales racionales, que se cierran a la posibilidad de ir más allá de lo que nuestros sentidos pueden percibir. Y lo más curioso es que sabemos que hay muchas cosas que no podemos percibir y que existen.
¿Cómo se relacionan nuestros cuerpos?
Todo pensamiento genera una reacción en nuestro cuerpo en forma de emoción, por lo que no hay separación entre lo que pienso y siento. Y la suma de pensamiento y sentimiento es la base de nuestro actuar.
Si embargo, como hemos controlado-reprimido por miedo y de forma automática nuestros pensamientos-creencias y las emociones, ya no sabemos (inconsciente) ni lo que pensamos ni lo que sentimos. Y como consecuencia, mi actuar es inconsciente.
¿Si mi actuar es inconsciente, como serán los resultados? Es probable que no me gusten mucho. Pero como desconozco las verdaderas creencias y sentimientos que me llevaron a actuar así (inconsciencia), acabo creyéndome víctima de los demás y las circunstancias. Es decir, del mundo.
Aquí aparece el Cuerpo energético o espiritual, que también podemos llamar la conciencia que observa. ¿Qué observa? Lo que pienso, lo que siento y lo que hago. ¿Quién o qué es esa conciencia? Soy yo, es una parte de mí que no uso y que he olvidado que está ahí, a mi servicio.
Esa observación externa me permite:
- poner orden, armonía y coherencia entre lo que pienso, siento y hago.
- descubrir cuáles son todas esas creencias inconscientes que están detrás de muchas de las actitudes que conforman mi personalidad y que creo que no tienen vuelta.
- liberarme y elegir conscientemente.
De esta manera, paso de querer ser coherente a toda costa (puesto que se trata de un valor importante), a darme cuenta que lo que pienso, siento y hago están en coherencia (felicidad según Gandhi).
¿Animales racionales o seres integrales?
Somos seres humanos que razonan, sienten y hacen y es la unión armónica o coherente de nuestros cuerpos, gracias a nuestra conciencia que observa, la que nos permite estar en paz, estar tranquilos y crear un mundo desde esa paz y tranquilidad.
Hay un texto de Osho que es muy ilustrativo al respecto:
“Si diseccionas una pintura, encontrarás el lienzo y los colores, pero la pintura no es simplemente la suma total del lienzo y los colores; es algo más. Este «algo más» se expresa a través de la pintura, los colores, el lienzo, el artista, pero este «algo más» es la belleza. Disecciona una rosa, y encontrarás todos los químicos, todas las cosas de las que está constituida, pero la belleza desaparecerá. No era solamente la suma total de las partes, era algo más.”
Nosotros somos ese algo más que la suma de las partes que nos componen. Somos ese ser integral, pero hasta ahora no lo hemos podido experimentar.
La gran pregunta por tanto es: ¿Estás dispuesto/a a activar esa conciencia que observa y ver qué pasa?
LA VERDAD DE LA MENTIRA
Acompáñanos en las conversaciones semanales y envíanos tus preguntas para que las podamos responder durante el siguiente capítulo.
Artículos relaciondos
¿Estamos vivos? [Capítulo 5 LVDM]
¿Estamos vivos o más bien nos da miedo vivir? ¿Vibramos o nos da pánico sentir? Porque a fin de cuentas, eso es una emoción, un sentimiento, una vibración energética que recorre nuestro cuerpo, vamos igual que un orgasmo, para que nos hagamos una idea más concreta… ¿Por qué nos abruman nuestras emociones? O, ¿Por qué no logramos identificarlas? ¿Cómo las podemos gestionar conscientemente?
No nos conocemos [videopodcast]
Somos víctimas de nuestra propia ignorancia. Una ignorancia que no es sobre la vida o el mundo, sino sobre nosotros mismos. La ignorancia conlleva duda y falta de claridad, y la duda nos provoca el miedo que rige nuestras vidas. Es así como se construye el callejón sin salida en el que estamos metidos.
0 comentarios